@syaloset2000 en Artrosis de Rodilla
- Medica Europea
- 12 ene 2017
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¿Qué es la artrosis de la rodilla?
La artrosis de la rodilla es la pérdida del cartílago articular con un sobrecrecimiento y remodelación del hueso subyacente. Un desorden que afecta a todos los componentes de la articulación: cartílago, hueso, membrana sinovial y la cápsula articular, aunque el cartílago es el tejido más afectado. Es un conjunto de síntomas clínicos, signos radiológicos y laboratorios. Es una enfermedad crónica, degenerativa, no inflamatoria. La desintegración del cartílago hace que los huesos se rocen entre sí, algo que con el paso del tiempo provoca rigidez, dolor, inflamación y disminución de movilidad. Una vez empieza el proceso degenerativo de la rodilla es difícil de frenar.
¿Cuáles son los síntomas y signos de la artrosis de rodilla?
Si hiciéramos una radiografía en varias personas mayores de 50 años la mayoría presentaría signos radiológicos de artrosis. Sin embargo no todos presentan síntomas. Los pacientes que tienen síntomas normalmente tienen dolor, crujidos, rigidez, inflamación, edemas y deformación articular. Estos síntomas aparecen gradualmente y la progresión es lenta.
El síntoma más habitual de la gonartrosis (artrosis de rodilla) es el dolor. El dolor se produce por la degeneración del cartílago y el roce de los huesos desnudos entre sí. Inicialmente el dolor aparece tras estar mucho tiempo de pie o caminando. Normalmente en esta fase el dolor es más intenso por las mañanas, durante los primeros minutos en los que el paciente empieza mover su rodilla tras la inactividad nocturna. Algunas actividades como subir y bajar escaleras, caminar por terrenos irregulares o levantarse de una silla causan dolores más intensos y aunque de menor duración. Conforme avanza la enfermedad, cada vez duele antes al comenzar a caminar o al estar de pie. En la fase muy avanzada de la enfermedad el dolor continuo e intenso impide que el paciente realice sus actividades cotidianas.
El siguiente sintoma más frecuente es la rigidez articular. Tras estar un rato sentado o por las mañanas el paciente nota rigidez y dolor al intentar levantarse. Es como si las rodillas estuvieran agarrotadas y necesitaran calentarse para poder recuperar su movimiento natural. El paciente tiene dificultad para flexionar y extender la pierna. Al poco rato desaparece la rigidez y el dolor inicial pero tras un periodo variable de estar caminando, reaparece el dolor. Si la persona que tiene artrosis de rodilla se para, el dolor poco a poco va cediendo.
A veces la rodilla se hincha y se caliente. Son los episodios de inflamación que de forma ocasional se observan en la artrosis de rodilla. La membrana sinovial produce líquido sinovial en exceso y por eso la rodilla aparece tumefacta. En la artrosis de rodilla lo que se hincha es la articulación, permaneciendo normal la pierna, tobillo y pie. En cambio, en la gente que retiene líquidos, es toda la pierna, de rodilla para abajo, la que se hincha. Con el tiempo la rodilla se deforma por la reacción del hueso articular ante la artrosis, formando en los bordes de la articulación unas protuberancias óseas que se llaman osteofitos.
Por la irregularidad de la superficie articular los pacientes pueden notar crepitación y ruidos articulares al mover la rodilla.
En casos muy avanzados el paciente tiene atrofia y debilidad muscular alrededor de la rodilla y la palpación puede ser muy dolorosa.
¿Qué tratamiento farmacológico existe para la artrosis de rodilla?
El tratamiento farmacológico incluye:
Los medicamentos orales para aliviar el dolor del paciente
Los medicamentos locales como cremas, geles y parches analgésicos
Los medicamentos orales para frenar el avance del proceso
Las infiltraciones intraarticulares con Syaloset 2000
Si el paracetamol no es suficiente el segundo paso es la administración de antinflamatorios no esteroides que alivian el dolor moderado y la rigidez. El uso prolongado de estos medicamentos no es recomendado por sus efectos secundarios. En pacientes con antecedentes de úlcera péptica hay que administrar estos medicamentos junto con protectores estomacales. Se ha descrito que el uso prolongado de algunos analgésicos de este grupo aceleran el daño articular. El uso de los analgésicos opioides se reserva a los periodos de reagudización del dolor crónico y en breves periodos de tiempo.
Los medicamentos locales como geles, cremas y parches contienen antiinflamatorios no esteroides, capsaicina, ciertas plantas medicinales. Algunos productos poseen efecto frío o efecto calor. Su beneficio frente los analgésicos orales es la menor probabilidad de sufrir de efectos secundarios graves.
Los medicamentos orales para frenar el avance del proceso contienen los componentes fisiológicos del cartílago: glucosamina, condroitina, colágeno, ácido hialurónico y metil-sulfonil-metano. Según los ensayos clínicos la dosis ideal es de 1500 mg de glucosamina y 1200 mg de condroitin sulfato diariamente. La duración del tratamiento debe ser al menos de 8 semanas o constante mientras dure el beneficio. La glucosamina y la condroitina no sólo ralentizan el proceso sino también poseen efectos antiinflamatorios. Este grupo de medicamentos por su acción se llaman medicamentos condroprotectores.
En la artrosis de rodilla a menudo hay un abuso en el uso de drogas teniendo en cuenta que la enfermedad produce un dolor fuerte y continuo que impide la realización de las actividades diarias del paciente. Generalmente se utilizan 3 principales grupos de analgésicos: paracetamol, antiinflamatorios no esteroides y los analgésicos opioides.
El paracetamol es el primer analgésico que receta el médico en el caso del dolor leve o moderado. Se puede elevar la dosis diaria hasta 4 gramos.
Las infiltraciones intraarticulares son de 3 tipos principales: corticoides, ácido hialurónico Syaloset 2000 y factores de crecimiento. Los corticoides intraarticulares sólo están indicados en los casos de sinovitis agudas con derrame inducido o no por cristales. El ácido hialurónico administrado en forma de inyecciones intraarticulares funciona como un lubricante y amortiguador, ademas de aliviar el dolor y la inflamacion asi como regenerando el cartilago articular , evitando el roce doloroso entre las superficies irregulares y desnudas. Los factores de crecimiento son proteínas que promueven el desarrollo de los tejidos. Teóricamente los factores de crecimiento por su acción podrían ayudar en la regeneración del cartílago. Pero, teniendo en cuenta que este tipo de tratamiento es bastante novedoso y todavía no hay suficiente experiencia con este, todavía no está demostrado que tengan ningún efecto sobre la evolución de la artrosis. Los factores de crecimiento tienen un efecto antiinflamatorio muy potente que pueden mejorar la sintomatología que produce la artrosis, ayudando a los pacientes a normalizar su vida y mejorar su calidad, lo que permite en algunos casos prolongar la vida de las articulaciones retrasando de esta manera su sustitución por prótesis.
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